SALTO, Diciembre 06 (Por Valeria Vizzón, de la redacción de www.SaltoCiudad.com) La política forma parte de cada acto de su vida desde los 18 años: la disfruta, la siente, la padece, la ejerce, la extraña. Ricardo Alessandro es lo que se denomina “un animal político”. Está al tanto de todo lo que ocurre en nuestra ciudad, aunque de lunes a viernes trabaja en Buenos Aires, en el Ministerio del Interior. Conoce hasta el más mínimo detalle de cada conflicto ocurrido en Salto desde 2003, fecha en que por primera vez la ciudadanía no lo acompañó con su voto. Recuerda esos resultados con mucha tristeza; sin embargo, está listo para volver, y su aspiración sigue siendo la Intendencia, aunque aclara: “si veo que no tengo posibilidades de armar lo que quiero, daré un paso al costado. Me preocupan el peronismo y el pueblo, pero no mi situación personal”.
¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con la política y el peronismo?
Nací en 1952, y aunque tenía tres años me acuerdo del 55, cuando cayó Perón. Mi papá que era militante radical, me dijo: “cayó el tirano”. Mi viejo era de las huestes de Victorio Migliaro Padre, y cuando el peronismo tomó la Municipalidad, lo acompañaron a Victorio a bajar la bandera.
¿Y cómo tomó su padre que usted sea peronista?
No solo yo, también mi hermana Negra tomó otro camino. Mi hermana fue militante de la Democracia Cristina, monja dominica y después en Uruguay formó parte del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Cayó presa en Uruguay, ahora tiene 83 años, vive en La Plata y es ultra k. Es contemporánea del Pepe Mujica, estuvo cuando asumió como presidente. Ella estuvo unos cuantos años en la cárcel, y luego se exilió en Francia primero e Italia después. Con el regreso de la Democracia, el canciller Dante Caputo la trajo a nuestro país. Fue decana de la Facultad de Trabajo Social en La Plata. En definitiva, todos en mi familia de una u otra manera hicieron política y tuvimos una conversión del radicalismo al peronismo.
También tuvo parientes conocidos…
Claro, mi tío Darío Alessandro, fue fundador de FORJA con Arturo Jauretche, también fue diputado rebelde, formó parte del “Grupo de los 8” durante el menemismo. Vino a un acto político a Salto, y seguimos en contacto hasta su fallecimiento. Su hijo, también llamado Darío, ahora es embajador en Perú.
¿Dónde estaba y como era el Alessandro de 18 años?
Estaba estudiando Veterinaria en La Plata. Milité en la FURN (Federación Universitaria de la Revolución Nacional) en la cual estaban enrolados Néstor y Cristina Kirchner. También Kunkel. Recuerdo que había una pensión en 2 y 44, en donde vivía un amigo –hoy desaparecido- e íbamos a tomar mate ahí. Ahí lo conocí a Néstor. Pero cabe aclarar que el hombre central de la organización era Carlos Kunkel, también el Gordo Caferatta, que lo mataron en un allanamiento. La Juventud Universitaria Peronista era el órgano de base, de superficie de Montoneros. Algunos fueron militantes Montoneros, yo no. Fui Secretario General del Centro de Estudiantes de Veterinaria, la única vez que el peronismo ganó en la carrera. Muchos de los compañeros de esa época están desparecidos, el desastre empezó con la Triple A.
¿Por qué cree que el peronismo tuvo una Triple A?
El peronismo al ser un movimiento pluriclasista alberga desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda. Ahora estamos en el paraíso, que yo lo catalogaría de centro izquierda.
Entonces la dictadura de Onganía lo encontró en La Plata y también la asunción de Héctor Cámpora ¿Cómo vivió el golpe del 76 y luego el regreso de la democracia?
Cuando me recibí volví Salto. Regresé después del golpe del 76. En junio del 76. Estaba muy asustado, y en ese entonces, hubo gente de la Eva Perón local que me invitó a militar. Recuerdo a Pino Pañone. Y así empezamos a trabajar nuevamente.
En ese entonces hubo internas peronistas en Salto ¿Qué recuerda de ese momento?
Sí, y participó muchísima gente. Estábamos en “La Eva Perón” con Tito Alberti, Miguel Santarelli, Bibiana Echave. Con Victorio estábamos ahí hasta que se hizo difícil la situación interna. Y nos fuimos con el sector russista, con Herminio Iglesias a la cabeza. Ganamos por pocos votos.
¿Le atraía la figura de Ítalo Luder?
Me parecía muy coqueto para lo que es el peronismo. Muy de saco y corbata. La figura contrapuesta era Herminio. Hubo cosas que no me gustaron. En ese momento estaba Alfonsín que tenía una capacidad de oratoria brillante. Nos ganaron las elecciones, y perdimos en Salto, Migliaro era candidato a intendente.
¿Cuándo conoció a Victorio Migliaro?
Yo vivía en La Plata en calle 48 entre 13 y 14. Migliaro venía estudiar ahí con Beto Rodríguez. Él vivió con su familia en 54 entre 17 y 18. En un momento me dejaron la casa a mí, ya era la época que se había puesto dura. Migliaro ya estaba en contacto con líderes del peronismo revolucionario, con Kunkel por ejemplo.
¿Lo decepcionó Perón?
No. Él planteaba un Tercer Movimiento, lejos de la derecha y de la izquierda. Sí, recuerdo el acto en el que nos dijo imberbes. Nos gustaba cuando su máximo dirigente era Abal Medina, no nos empezó a gustar cuando en su último gobierno le dio poder a López Rega y su entorno. Ahí empezaron los cuestionamientos. También estaba asustado, estaban empezando a matar a nuestros compañeros. Mataron a Silvio Frondizi, era una guerra sin cuartel, Montoneros pasa a la clandestinidad. Yo nunca manejé un arma, yo era militante, salía a pegar carteles a la noche, teníamos mucho miedo. Eran época que desaparecía la gente.
Los entornos pueden ser muy dañinos…
Los entornos pueden ser positivos y negativos. Los grandes errores, y algunos horrores que he cometido, fueron cuando creí tener un manto de poder, y sin darme cuenta dejé de escuchar el llamado del pueblo. Eso hace que uno cometa errores. Un error político importante fue haber sacado de director del Hospital a Alberto Roisman, y poner en su lugar a Carlota Acevedo de Frers que hizo cualquier barbaridad. Ahí empezó una debacle que me llevó a perder por 74 votos en 2003. A causa de ello, y a una interna feroz con el peronismo, después de haberle ganado una interna a Hugo Garavano. Se armó un lio que continúa hasta el día de hoy, con muy pocos atisbos de resolución.
La última interna del peronismo fue la que llevaron a cabo Cafiero-Menem ¿Por qué cree que ya no hay? ¿Por qué puntualmente no armaron una lista para enfrentar al oficialismo en Salto?
En esa interna acá en Salto jugamos con Cafiero y ganamos por 400 votos. Si me pregunta las razones por las que no participamos en internas en Salto es porque la consideramos insalubre. El enfrentamiento que se provocará más adelante, todo lo que pasa en la Municipalidad de Salto, en algún momento va a explotar y ahí si habrá internas. El partido para el peronismo siempre fue un arma política. Espero que esta conducción de Osvaldo Lori abra al partido, e invite a todos los sectores. Me parece que era una interna sin sentido porque en la lista de afiliados no están todos, algunos están borrados. No era el momento. Cuando se juegue el juego grande de la lotería que será el 2015, el peronismo jugará con dos o tres listas. Cada uno fijará su norte, yo estoy enrollado con el Ministro del Interior Florencio Randazzo, y con la compañera Presidenta. Habrá algunos que apoyen y otro se irán para otro lado.
Usted ha formado parte de los diferentes modelos del peronismo: menemismo, duhaldismo, kirchnerismo ¿Cómo ve el traspaso de poder? ¿Ve similitudes?
Yo creo que el kirchnerismo es superador. Yo creo que este cambio que hace la presidenta es para que los dos años de gobierno que faltan no entremos en declive. Esta manera de actuar no es la misma que la de Carlos Menem, ni que la de Duhalde que se fue muy golpeada por los asesinatos de Kosteki y Santillán.
¿Fue duhaldista?
Yo no fui duhaldista pero lo apoyé. Como apoyé todos los gobiernos. Este intendente tiene dislate ideológico importante. Está con el Momo Venegas. No sé qué pensar. No es sólido ideológicamente, no sé ni que piensa. No sé si ideológicamente es algo. Yo me puse la camiseta del gobernador o presidente que estaba para conseguir algo para Salto. Eso lo hizo Migliaro también. Nosotros privilegiamos el pueblo, traer algo para el pueblo, eso lo aprendí de Migilaro. Duhalde dio mucho por este pueblo, pero íbamos todos los días a cargosearlo. Luchamos mucho, sin estar enrollados, yo es la primera vez que me siento enrolado.
¿Cuál es su opinión sobre La Cámpora?
Hay un ataque despiadado contra a las agrupaciones juveniles, especialmente contra La Cámpora. Es el reservorio ideológico del peronismo y del kirchnerismo. Como también lo es Kolina, y Unidos y Organizados. En Salto se la ha ninguneado y pisoteado. No ha participado en las cuestiones trascendentales como es la formación de una lista, le comunicaron que era candidata, nada más.
¿Qué piensa del gobierno de Raúl Alfonsín?
Me parece que no tuvo el apoyo de los de más abajo, le faltó la polenta. Cuando atacó a Clarín, al Monopolio, lo dejaron solo. Lo dejaron pedaleando solo, como lo dejaron a Illia, que se fue célebre y triste. Los medios fueron despiadados. El radicalismo es muy de clase media, muy burgués, muy cómodo, le falta sustento en la clase baja. Este Gobierno tiene el apoyo de la clase baja. La Ley de Medios la peleó el militante, gracias a ellos sabemos quién es Magnetto, quién es Aranda, quien es Papel Prensa.
¿Sintió el cambio cuando pasó de ser concejal a ser Intendente?
No sentí tanto el cambio. Yo estaba todo los días en el Concejo, bajaba a ver lo que hacía Migiliaro y también lo que hacía Carlos Capodarco. Yo estaba permanentemente en contacto. Migliaro me enseñó mucho, dos años antes de que asumiera. Por eso no fue tanto el cambio. Estábamos todo el día, Migliaro citaba reuniones los domingos, estaba todo el día en la calle, era un inquieto y yo igual.
¿Cuál cree que fue el error más grave que cometió? ¿Y lo mejor de su gestión?
Creo que lo del hospital fue lo peor. Después, hicimos muchas casas, un montón de barrios. Se hicieron entre Migliaro y yo más de 700 viviendas. Hicimos mucho asfalto, y obras menores. Y la obra culmine que fue en forma conjunta con Migliaro, Bastari, y alguno más, fue la radicación de Arcor. Con eso se terminaron para siempre los problemas de desocupación en Salto. La cosa fue bien hasta que nos peleamos con Migliaro.
¿Cuándo se pelearon?
Tuvimos discusiones, altibajos, nos insultábamos pero nunca nos dejamos de tratar. Creo que competíamos, estaban los que apoyaban a Victorio, y los que me apoyaban a mí. Con gente en el medio que nos hablaba al oíd. Después fue la interna con Hugo Garavano.
Y llegó 2003 ¿Cómo vivió esa derrota?
Yo creo que esa pelea con Migliaro no le gustó a la gente, no le gustó la designación de la directora en el Hospital, no le gustó ver ese internismos adentro del gobierno. Perdí en todas las mesas femeninas, donde no había perdido nunca. Fue la debacle. También hay que decir que hubo un sector cómplice dentro del peronismo, que creo que es el que está gobernando, que entregaba la boleta del PJ con la de burgos. Yo lo ví; nadie me lo contó. Hubo gente del peronismo que me traicionó. La prueba está la vista: en Inés Indart perdí por 400 votos. Fue el lugar culmine del corte, Usted sacará sus conclusiones.
¿Fue difícil dejar de ser Intendente luego de 10 años?
Fue muy duro. Yo me acuerdo el día después, me costó mucho levantarme. Yo fui al a Municipalidad como todos los días. Fue uno de los momentos más desagradables que viví. Igual No sé si hubiera aguantado a nivel salud cuatro años más. Escuchar a la gente, me provocaba mucha angustia, en esos el gran tema era la descupación. Creo que me hubiera ido muy mal de salud.
En 2007 el peronismo fue por separado, por un lado Migliaro y por otro lado su lista…
Sí, no llegamos a un acuerdo. Y ahí primero fue Migliaro, Burgos segundo, yo tercero y cuarto Carlos Pérez, que parece es la estrella del momento. Hay que ver qué pasa con eso.
¿Le ha jugado malas pasadas su efusividad?
Malas y buenas pasadas. A veces bien cuando había que ir al frente, con durante la crisis de 2001, me sirvió mucho. Con el trato con la policía, me sirvió.
Usted fue candidato a intendente, y en esa misma lista el primer candidato a concejal era Oscar Brasca ¿Qué pasó con esa relación? ¿Cuándo hubo ruptura?
No hubo ruptura, Brasca siempre fue una persona ambivalente, y siempre fue hombre de Migliaro. La ruptura fue con él, era el representante de Migliaro en la lista.
¿Tuvo juicios cuando se fue de la intendencia?
Tuve un juicio que me inició el Dr. Burgos. Raul Lloret, que era mi secretario de Hacienda y yo salimos absueltos. Tengo una causa civil con la policía porque con un grupo de concejales tomamos la comisaría local. Quería liberar a los presos, y meter a la policía adentro. Fue un escándalo ese día. Desde que fui Intendente siempre creí en la policía comunal. Que el Intendente ponga lo que tiene que poner. Cuando vi por televisión a la cúpula policial, al Chulo y a Ariel, solos los dos con la gente reclamando, me dio pena. Ahí tiene que estar el Intendente. Ahí faltó ponerse al bando de la batuta. Brasca tira la pelota afuera y nunca mete el gol.
Las definiciones
Al finalizar la entrevista, “El Cura” jugó a la palabra indicada. La idea es que ante cada palabra, eligiera una definición que debía ser en pocas palabras. Esto respondió:
Hospital: desorganización y anarquía.
Lito Fasoli: compañero de primera línea. El mejor de los recuerdos
Néstor Kirchner: el mejor.
Victorio Migliaro: un político de raza que hizo mucho por el pueblo
Asignación Universal: la obra cúlmine. Se hizo justicia.
Lealtad: Cristina hacia Néstor. La juventud hacia Cristina:
Intendentes del Conurbano: trabajo, sacrificio. Caudillismo
Oscar Brasca: inepto. No está preparado para la función.
YPF: nunca dejo de ser Argentina.
Edgardo Burgos: Odio, resentimiento. Es inteligente pero tuvo mucho odio. Podría ser intendente para lo que hay ahora.
Osvaldo Lori: ambicioso
Ley de Medios: justicia
Clarin: Magnetto, dictadura, información poco veraz.
Pablo Pérez: gran ciclista
Daniel Spadone: intuitivo.
Pista de ciclismo: cariño. Mi deporte favorito.
Adolfo Almada: compañero leal. Con códigos.
Moreno y Liniers: tendría que estar abierto. Órgano de discusión
Alberto Pérez: buena persona. El único que resuelve problemas en el Municipio
Raúl Alfonsín: junto con Néstor quedará en el cuadro grande de los próceres. De lo mejor.
Eduardo Duhade: ejecutivo y expeditivo. Ideológicamente no supo formar a los que estuvo a su lado.
Chulo González: no supo formar la juventud que tanto pregonó. Irrelevante.
2015: falta mucho. Hay que trabajar, son muchos los que van a largar.
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