LA PLATA, Diciembre01.-(Por JOSE PICON) Las necesidades mutuas se impusieron para inclinar la balanza hacia el lado del consenso. Daniel Scioli y Sergio Massa terminaron anudando un cierre que le permitirá a la Provincia arrancar 2014 con la certeza de contar con su Presupuesto.

El gobierno bonaerense pareció expuesto por algunas semanas a la posibilidad de que el massismo afincado en el Senado, no le diera vía libre al pedido de endeudamiento de unos 14.500 millones de pesos incluido como parte inescindible del cálculo de recursos y gastos para el año que viene. Pero sobre el filo del tratamiento del expediente en la Legislatura, el Gobernador y el líder del Frente Renovador mantuvieron un diálogo telefónico clave que despejó de obstáculos el camino para el tránsito del proyecto.

Fue, en rigor, el corolario de una serie de negociaciones que venían desde hacía algunos días y que, con mayor o menor intensidad, se desarrollaban con más traspiés que armonía.

Los factores que movieron a sciolistas y massistas a encaminarse hacia el consenso en medio de un clima político que parecía irremediablemente orientado a transformarse en una escalada de enfrentamientos son diversos, pero terminan confluyendo en el objetivo político que tanto Massa como Scioli se han trazado para sus vidas públicas.

El líder del Frente Renovador vino construyendo desde un espíritu propositivo, eludiendo la confrontación sistemática, marcando en ese aspecto una clara diferencia de estilos con el kirchnerismo que le rindió enormes dividendos en las legislativas de octubre. Dejar a Scioli sin Presupuesto le hubiese significado apartarse de ese esquema conciliador, de un rumbo que lo ha entronizado como uno de los dirigentes que se sentará a la mesa de discusión en 2015.

Pero también evaluó otros costos: Massa está convencido de que la gestión provincial afrontará tiempos turbulentos en los próximos meses, y procuró evitar que se le calzara el sayo de responsable por los conflictos que, cree, el Gobernador deberá afrontar con los empleados estatales y en otras áreas de la administración donde la falta de fondos se hace evidente. “No vamos a permitir que Scioli se victimice, que nos eche la culpa de su ineficiencia”, dicen que se despachó durante el encuentro con sus legisladores que se desarrolló en La Plata y en el que explicó lo motivos del acuerdo por el que lograron introducir algunos cambios en la normativa.

Fue allí donde justificó el pedido de espacios al sciolismo en diversos organismos y en el Banco Provincia “porque somos la principal fuerza de oposición”, una cuestión que dividía las aguas entre los propios legisladores del massismo a partir del planteo de algunos senadores de que ese reclamo iba a terminar siendo leído como un toma y daca con el Ejecutivo.

En el equipo de gobierno provincial, en tanto, se ufanaban de que el massismo “se había acorralado solo” y que mantener la posición de rechazar el Presupuesto hubiese colocado a Massa “en el rol de la Coalición Cívica, oponiéndose a todo”.

Pero en rigor, Scioli también tuvo que ceder. Por caso, el proyectado aumento del Impuesto Inmobiliario que lo obligará, más temprano que tarde, a rever la ley Impositiva. También, más espacios de los que se dicen en el Grupo Bapro para representantes del massismo.

El Gobernador, en cambio, logró la sanción del Presupuesto y la autorización para salir a tomar deuda, una herramienta clave para una administración que desde hace casi dos años dejó de recibir fondos generosos de la Nación.

El mandatario consiguió, al igual que el intendente de Tigre, salir de la negociación con la impronta de su perfil dialoguista. Pudo acordar con Massa, cerrar con el denarvaísmo con la llegada de Gustavo Ferrari al gabinete, y completar con el radicalismo y el FAP que se quedaron con la Fiscalía de Estado y un sillón en el Bapro.

LA PREGUNTA

El episodio del Presupuesto dejó flotando la pregunta. ¿El acuerdo es coyuntural o puede pensarse en proyectarlo hacia el futuro?

Ayer, por lo pronto, Scioli salió a ratificar sus aspiraciones presidenciales y su equipo trabaja en lo que será un fuerte desembarco del Gobernador en la Costa durante enero para potenciar sus intenciones de suceder a Cristina Kirchner. Y los massistas aprovecharon aquella reunión liderada por el propio Massa para profundizar la idea de ir por la Presidencia. “Acá tenemos un hombre con un enorme carisma; nos hace acordar a Alfonsín, Menem y Kirchner”, comparó uno de los legisladores frente a las narices del propio líder del Frente Renovador.

“Muchachos, Scioli sigue siendo el peor gobernador de la historia”, dicen que se despachó Massa como para ratificar la divisoria de aguas con el mandatario y la idea de que esta especie de tregua no duraría muchos días más.

Mientras tanto, el líder del Frente Renovador empezó a dar señales de definiciones en su espacio: colocó como uno de los negociadores clave del Presupuesto a Jorge Sarghini, el legislador electo por La Plata. Sarghini, se asegura, será el próximo presidente del bloque de diputados provinciales del massismo.(Fuente: EL DIA)