Luego de un encuentro donde primó la violencia y no el fútbol, Defensores dejó afuera a Compañía y se aseguró una plaza en la final de la liguilla 2016.
Lo que comentamos fue el desenlace de la historia pero en el medio hubo mucho más.
Fútbol ya dijimos que no, pero sí colorido, chispas y un rivalidad que lejos de aplacarse, cada día se agiganta más.
Promediando el minuto 40 del segundo tiempo el Lagarto marcaba el gol que le permitía acceder a los penales, en el encuentro de ida Defensores se impuso 1 a 0, pero dos minutos más tarde llegaría el empate Loro que desató la batalla dentro del estadio.
El técnico visitante en una actitud muy poco aconsejable se metió en el campo de juego sin dejar que se reanude el partido luego del tanto convertido por sus jugadores. Esto motivó la bronca de todo Compañía que pedía al árbitro una decisión ejemplar ante ese accionar, pero todo se desmadró.
Jugadores y miembros de ambos cuerpos técnicos terminarlo a los manotazos dejando un saldo de varios expulsados por equipos y transformando una fiesta en una tarde más de violencia en el fútbol.
Tristemente debemos lamentar que el fútbol sea un reflejo de las miserias sociales y esta vez Salto no fue la excepción.