LA PLATA; Diciembre 29.-(Por MARISA ALVAREZ) Cualquier balance del 2013 se parece mucho más a un detallado -y en varios aspectos preocupante- pronóstico del año que estrenaremos en pocas horas más que a un informe del pasado.
Ocurre que este año termina con muchos y complejos frentes abiertos en el campo económico y con las estrategias ya virtualmente definidas de quienes se proponen ser protagonistas del proceso electoral del 2015, que auguran tiempos movidos en ese plano.
La inflación, con tendencia creciente, está en el centro de un escenario económico nacional que se completa con una constante pérdida de reservas y la previsible continuidad del cepo cambiario; la devaluación constante y acelerada del peso (el tipo de cambio oficial cerrará el 2013 con un desvalorización de nuestra moneda del 33% y con el dólar blue en la frontera de los 10 pesos); todo en medio de un combo signado por el creciente déficit fiscal de la Nación y la falta de perspectivas de la llegada de inversiones importantes al país.
El nuevo año no sólo arrancará con la inercia de esas inquietantes tendencias en pleno desarrollo, sino también con una notoria ausencia de previsiones y/o “ideas” que apunten efectivamente a corregir o anular su rumbo.
En ese contexto general, el 2014 será un año particularmente difícil para la administración provincial, que afronta problemáticas propias no menos profundas.
El Presupuesto sancionado para el próximo ejercicio ya anticipa un rojo (que exigirá la toma de nueva deuda para poder financiarlo) de 14 millones de pesos en el esquema de su agudo y antiguo pero creciente déficit estructural, para cubrir sólo los gastos esenciales de funcionamiento del Estado, y sin contar el aumento salarial, cuyo volumen medido en plata ya nadie se anima a pronosticar.
UNA NEGOCIACION CLAVE
Es que la negociación salarial del 2014 con los docentes y el resto de los empleados públicos de la Provincia estará signada por la inflación incontrolada y el sueldo-piso de 8.500 pesos que consiguieron los policías con su amague de acuartelamiento, y podría convertirse en un cuello de botella para la administración de Daniel Scioli.
La concesión de niveles de aumento que “respeten” esas dos pautas terminarían de profundizar el déficit en un contexto de escasez de fuentes de financiamiento aún al costo de seguir endeudándose a tasas muy altas.
Y frente a esa perspectiva, nadie quiere ni acordarse -pero todos se acuerdan- del 2012, cuando el gobierno provincial no pudo pagar el aguinaldo de julio en tiempo y forma. La contracara -la determinación de aumentos salariales ajustados a la realidad financiera pero que no conformasen las demandas gremiales-, podría derivar en una provincia en la que no empiecen las clases y minada de paros en los más diversos estamentos administrativos.
GESTOS AMARGOS
Sumando puntos a la preocupación, el 2013 termina con gestos de la Casa Rosada que no le permitirían al Gobernador ilusionarse con encontrar asistencias ni auxilios especiales si las finanzas se complican definitivamente.
Muy por el contrario. La promocionada refinanciación de las deudas de varias provincias -4.600 millones de pesos en el caso bonaerense-, firmada el viernes, refleja en realidad un endurecimiento del gobierno nacional frente a esas acreencias.
Esas deudas se venían refinanciando enteramente todos los años bastante antes de que terminara el ejercicio. Esta vez se esperó hasta el último día hábil de 2013 para postergarle a la Provincia el pago de sus obligaciones sólo por tres meses, y condicionar una nueva refinanciación por otro trimestre al cumplimiento de “parámetros sociales, económicos y financieros” que la administración bonaerense difícilmente pueda cumplir.
EMPEZANDO EL AÑO CON UNA ESPADA DE DAMOCLES ENCIMA
Más preocupación en este fin de año causó, de cualquier modo, en la administración sciolista la amenaza de la Casa Rosada de transferirle el servicio eléctrico en el Conurbano, en medio del incendio de los apagones.
En la Provincia se preguntan cómo podría esta administración hacer lo que no pudo la Nación: obligar a las concesionarias las inversiones que mejoren el servicio, ni disponer los aumentos tarifarios que tampoco se animó -aunque amagó más de una vez- a determinar el gobierno nacional.
LA TRANSICION HACIA EL 2015
En el plano estrictamente político, el balance del 2013 tiene como puntos salientes la segunda derrota del kirchnerismo en el distrito bonaerense desde que llegó a la Casa Rosada, y la victoria de Sergio Massa. Resultados que marcarán las estrategias que desarrollarán los principales candidatos por la carrera presidencial del 2015 durante el “año de transición”.
Reafirmada y rejuramentada su pertenencia al peronismo oficialista, Scioli trabajará en afianzar su vinculación con el resto de los gobernadores en busca de terminar siendo el candidato de ese espacio.
Termina el 2013 sabiendo, con todo, que por ahora no es el elegido de la Rosada, que claramente intenta promocionar para esa postulación, cediéndole para ello el sillón de jefe de Gabinete, a Jorge Capitanich, aunque más de un observador considere que las pocas semanas que el chaqueño lleva en ese cargo alcanzaron par dinamitar esa jugada.
Massa dedicará el año a generar una estructura propia en el interior del país, y a profundizar sus críticas al gobierno nacional en los temas que, según el hombre de Tigre, “preocupan a la gente”.
Y Mauricio Macri, en el marco de su aspiración presidencial, no esperó a que terminara el 2013 para empezar a instalar un candidato a gobernador bonaerense -en principio, candidata, María Eugenia Vidal-, de modo de ir haciendo pie en el distrito electoralmente decisivo.(Fuente: EL DIA)