Un día como hoy Salto vivía un antes y un después. La desolación y el miedo se apoderaban del inconsciente colectivo de una localidad que hasta ese momento no se sentía amenazada por temporales de esas características.

“En ese entonces no sé qué pasó pero nos unimos todos bajo una misma causa. Siempre se sostuvo que Salto es solidario pero en aquel entonces te puedo asegurar que toda la ciudad se puso al hombro la mochila de las inundaciones”, comentó Juan Williams, voluntario en agosto de 2015.

Este viernes, 5 de agosto, en medio de la niebla y el frio de la estación invernal, Salto recordó la fecha en la que por un momento cientos de personas se encontraron sin nada.

“Todo era desolación, ayudabas a uno y se complicaba la situación de oros. Encima el agua no bajaba y la gente se desesperaba aún más. Te juro que en ese momento no sabíamos que hacer pero estábamos seguros de algo. No íbamos a darnos por vencido”, continuó Juan.

Acto seguido aclaró que si bien hubo mucha gente que sacó provecho de ese momento, también estuvieron los que lo hicieron de corazón y a ellos es a quien hay que estarles eternamente agradecidos. “La solidaridad de los vecinos no tiene precio. Se habló mucho pero también se hizo y todo lo que se consiguió se repartió. Eso quiero dejarlo bien en claro”, sintetizó.