El día de la Independencia se vivió de una manera muy particular y no precisamente por cumplirse 200 años de aquel memorable hecho sino porque Salto entero y en toda su dimensión se hizo eco de este acontecimiento.
Hacía mucho tiempo que no se veía a la gente celebrar tan fervientemente un acontecimiento como este, a tal punto que la banida de bicentenario interpretó varios temas a parte del himno nacional dentro de la parroquia San Pablo.
“Este es uno de esos momento en los que uno piensa cómo podemos estar mal. Es una de esas fechas en las que cada ciudadano se levanta con ganas de cantar el himno y de hacerlo con esos seres que más se quieren. Deberíamos aprovechar estas fechas para unirnos y reflotar ese sentimiento nacional que tanto se necesita n estos tiempos”, comento Gladys, una docente que se acercó a Plaza San Martín.
Durante los días 8, 9 y 10 del corriente la ciudad estuvo paralizada por este momento trascendental en la historia contemporánea pero que para muchos fue algo que unió y mocho a los ciudadanos en una causa común.
“Hoy no hay peronistas ni radicales, no hay militantes de PRO ni fanáticos K, en este lugar y en este momento todos somos argentinos. Somos gente que de corazón presenciamos un hecho que no se volverá a repetir. Después de muchos años demostramos sentido de pertenencia y eso marca un momento bisagra en toda sociedad y sería raro que mañana despertemos sin compromiso por la patria”, continuó otra vecina en la puerta misma del municipio.
La realidad es que Salto, al igual que todo el país, vivió este 9 de julio de una forma diferente, con sus virtudes y defectos, pero siempre con ese calor y sensibilidad por la causa que caracteriza a quienes habitan en este suelo.