BERISSO, Noviembre 22 (www.SaltoCiudad.com) José Nieto, operador socioterapéutico especialista en adicciones, dialogó este viernes con BerissoCiudad en Radio sobre el flagelo del narcotráfico en Argentina.
¿Qué opina de la denuncia que hizo la Iglesia sobre la complicidad del Gobierno con el narcotráfico?
Para los profesionales que trabajamos en el abordaje de las adicciones no es novedad, desgraciadamente, esto que está pasando, tanto el consumo de diferentes sustancias como la aparición del narcotráfico que viene desde el 2001 a la fecha.
Debemos tener en cuenta que en Argentina está operando seis carteles de droga latinos. Hace poco escuché a Elisa Carrió mencionando nombres, pero los verdaderos como el cartel de Sinaloa operando en el Chaco nadie los dice claramente.
Hace seis años Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, líder de dicha organización, estuvo junto a su esposa en el Chaco y nosotros lo denunciamos pero nadie hizo nada. Todos los que trabajamos en prevención, asistencia y los especialistas en narcotráfico hace tiempo venimos haciendo hincapié en cómo los carteles trabajan en Argentina y que no son nacionales como dice Carrió.
Son extranjeros pero tienen la connivencia política y de la justicia para operar en el país. Estamos en un proceso muy cercano –haciendo un paralelismo– a la época de Pablo Escobar, con asesinatos por el control de la calle, la venta y el traslado de la droga entre los diferentes carteles.
Lo que pasó en Santa Fe con el homicidio de jueces, personajes políticos y del periodismo, es un llamado de atención para (el gobernador) Antonio Bonfatti.
¿Cómo ingresan las drogas al país?
Parece bastante sencillo, la Argentina es un colador. Por ejemplo, por Punta Lara llega droga y en las afueras de La Plata, precisamente por Bosques o el cruce de Varela se tira marihuana desde avionetas, algo que nadie puede creer. Desde el poder se mira para otro lado.
El narcotráfico horada la sociedad, destruye hogares. Yo trabajo en prevención y asistencia, y puedo decir que desde el 2001 a esta parte han empeorado las estadísticas de consumo de jóvenes de entre 12 y 17 años, afuera queda el 30 % de esos jóvenes que no van por cuestiones de vulnerabilidad social al colegio.
Se ve mucho el consumo de paco, de ‘alita de mosca’ en los sectores vulnerables de La Plata en donde se ve la destrucción de los chicos, pero no se puede medir. Sin embargo, al estar matriculados los chicos se puede hacer un seguimiento cada dos años.
Debe haber un mayor impacto en la atención de estos chicos. Las ‘madres del paco’ y las ‘madres del dolor’ trabajan incansablemente para salvar a sus hijos, muchos de los cuales se les han muerto en sus brazos. El consumo de drogas en Argentina es una forma nueva de genocidio, es incalculable desde el año 2001 hasta el momento la cantidad de chicos que han muerto.
Esto lo denunciamos permanentemente desde los foros donde trabajamos, inclusive somos críticos a algunos aspectos de la nueva Ley de Salud Mental. Nosotros siempre les tendemos una mano a las personas que necesitan salir de una problemática pero la nueva ley ideada por Leonardo Gorbacz tiene dos errores gravísimos.
El primero es ponerles un límite a las comunidades terapéuticas y a la internación compulsiva de adictos que ha salvado a centenares de personas que hoy están muy bien luego de haber pasado por un proceso terapéutico por su problemática de consumo. Esto lo sabemos nosotros, la gente habitualmente no.
El segundo error es que esa ley plantea que el abordaje de las adicciones tiene que salir de las comunidades terapéuticas, de los hospitales de día que por lo general son ONG y deben ser atendidos en hospitales públicos.
Pero los hospitales públicos apenas pueden tener un abordaje de lo que les llega ahora, mucho más difícil será darles tratamiento a personas que necesitan contención interdisciplinaria como mínimo desde las 9 a las 18 horas.
Los directores de hospitales y profesionales que trabajan en ellos saben que no podrán cumplir con todas las necesidades. Las comunidades terapéuticas se están cerrando no solo por la nueva ley sino porque desde la Provincia de Buenos Aires hace ocho meses que no se pagan las becas de los chicos.
Ayer cerró en Longchamps el Santa Clara de Asís, un ícono de las comunidades terapéuticas, algo muy grave porque tendremos a los jóvenes sin atención. El movimiento de comunidades de Argentina siempre se las arregló.
Con respecto a la iglesia, el Papa Francisco con la ‘pastoral villera’, los padres Pepe, Gustavo, Eduardo, Charly, están haciendo un gran trabajo de contención, fundamentalmente en las villas de Capital federal, en los sectores más vulnerables, acompañando nuestro reclamo. (www.SaltoCiudad.com)