SALTO, Julio 08 (www.SaltoCiudad.com.ar) En el marco del cine-debate que se realizó con su documental “Desierto Verde” en el Instituto de Formación Docente y Técnica Nº126, SaltoCiudad dialogó con el director Ulises de la Orden sobre sus primeros trabajos cinematográficos, la forma de filmar y compromiso social.
En tus tres documentales abordaste temas difíciles, con fuerte contenido social y político. Ocurrió con “Río Arriba” sobre la desaparición de las terrazas de cultivo indígenas; también con “Tierra adentro” y el exterminio de los mapuches por parte del Estado argentino y chileno, y con “Desierto Verde” y el uso de los agroquímicos ¿Por qué?
Es una pregunta difícil de responder. Yo empecé a dedicarme al cine a los 20 años, en los 90 cuando se hacían 6 películas por año, prácticamente no había industria. No había todavía video, se filmaba en fílmico, era un trabajo con poca salida laboral pero yo estudié y en seguida empecé a trabajar.
Yo no vengo de una cinefilia, lo que me motivó a estudiar tenía que ver con el medio ambiente. Una vuelta, estando de mochilero en la Patagonia, caminábamos al cerro Torre, y en un momento atravesamos un valle con un bosque que se había quemado el año anterior. Me impactó mucho, era un paisaje desolador. Cuando regresamos pregunté qué había pasado, y el guardaparque me respondió que se había incendiado por un cigarrillo mal apagado. Me dio una bronca, sobre todo porque era fruto de la irresponsabilidad y la ignorancia.
En ese momento, me dieron ganas de contar a través de un relato audiovisual. Después me dediqué al cine, pasaron muchos años, mi primer película la filmé a los treinta y pico.
En 2004 fue el estreno de “Río Arriba…
Yo ya me dedicaba al cine como foquista, iluminador, camarógrafo, actor algunas veces. Era un momento no diría de auge, sino de aceleración de la industria, ya se había votado la Ley de cine. De la misma manera, que esto que relaté anteriormente, en Iruya, un maestro que está en la película -Pepe Lescano- me contó la historia de las terrazas de cultivo y como habían sido abandonadas. Y se me cruzó también la historia de mi bisabuelo que explotó durante 20 años un ingenio en Güemes, provincia de Salta.
Encontré por primera vez una historia que quería contar, y me decidí a filmarla. En mi primer película fue todo difícil, escribirla, conseguir la plata, filmarla, editarla, estrenarla. La película anduvo my bien, estuvo casi dos años en cartel, se estrenó en Madrid y Barcelona. Fue un lindo proceso que acompañé y en ese acompañarlo, tardé mucho tiempo, por eso tardé tanto tiempo en el siguiente.
¿Y cómo surgió Desierto Verde?
Prendí las antenas, sé que me lleva dos o tres años hacer una película. Tener un compromiso. Empecé a escuchar relatos de Pergamino, de niños que nacían con malformaciones y a un conocido le habían dicho en el hospital Sor Ludovica de La Plata que podía deberse a una contaminación crónica de la madre con agroquímicos. Esto fue en 2009, cuando me enteré me pareció algo de ciencia ficción. Me puse a investigar, inmediatamente, llegué al Dr. Andrés Carrasco y a las madres de Ituzaingó.
Una vez que me puse a investigar me absorbió por completo y me sigue interesando, Es un tema que no voy a soltar. Nunca me había metido con un tema de actualidad. Está bueno lo que está pasando con la película, creo que Desierto Verde resultó, cumple la función que tiene que cumplir. Creo que un documentalista es un cineasta que asume un rol. Uno no hace un documental para entretener nada más, uno lo hace porque vio algo, y creo que la habilidad está en dejar que un tema te conmueva, y poder transformar eso en una historia y poder contarla bien. Para poder contar algo más que una historia entretenida.
Pensaba en Raymundo Gleyzer, en Fernando Birri, directores con gran compromiso político y social...
Sí. Pero en Birri y en Gleyzer hay un compromiso político previo al a idea de hacer una película. Yo no tengo un compromiso político, tengo formación y una idea pero no tengo compromiso con nadie. No hago una película a partir de un compromiso político, sino a partir de un tema que me conmueva, y esa mochila la llevo puesta. No parto de un lineamiento, todo lo contrario, cuanto más libre mejor. No reniego de la política ni del compromiso, pero no soy orgánico a nadie.
¿Qué opinas del estilo de filmar documentales de Michael Moore? (director de “Bowling for Columbine” entre muchos otros)
Los norteamericanos están haciendo muy buenos documentales. Antes de filmar Desierto Verde, busqué modelos, formas, que le diera internacionalidad a la película. No quería hacer algo local. Moore tiene su modelo de producción, y a él le funciona y está muy bien. Hay gente muy talentosa filmando también y tenemos referentes locales, como por ejemplo Edgardo Cozarinsky. Moore utiliza la autoreferencialidad, que para un documental es muy válido. Cozarinsky también lo hace, como método es válido, también depende de la temática a abordar.
Durante el proceso de producción de “Desierto Verde” ¿Hubo funcionarios o empresarios que te hubiera gustado entrevistar y no pudiste porque no te atendieron o se negaron?
Con los únicos que no pude hablar fueron con el vicepresidente de Monsanto para América Latina que trabaja en Buenos Aires, con Felipe Sola que era Secretario de Agricultura en el momento que se aprobó el paquete tecnológico y con Norberto Yauhar, Ministro de Agricultura. Son los únicos tres, que no es que no llegamos, los llamamos personalmente, nunca nos dijeron que no, pero nos atendió. Todo el mundo me atendió menos ellos. (www.SaltoCiudad.com.ar)