Salto se puso el traje de peregrino para marchar, como cada año, hacía la basílica de Lujan para brindar tributo a la virgen, patrona de nuestro País.
La esperanza, las promesas, el coraje y la dedicación afloran en cada rostro que ve en este andar un proyecto de realización personal y por qué no decirlo, de agradecimiento por lo conseguido.
“No importa el cansancio ni la distancia que nos falta cuando miramos hacia el horizonte, al ver que viajamos juntos y que perseguimos el mismo fin”, comentó Bernardo, uno de los peregrinos.
Y resaltó que “este tipo de actividades deberían tomarse como ejemplo para unir a las personas porque al vivir separados y en medio de una batalla por tal o cual persona o por si llegamos no a fin de mes nos olvidamos de lo que realmente importa que es nuestra felicidad”,
Cabe destacar que los caminantes tuvieron un largo trecho hasta llegar a la localidad de Luján pero en el transcurso hicieron varias paradas donde se encontraron con diferentes delegaciones que persiguieron el mismo desafío.
El domingo se realizó la misa en acción de gracias y se puso fin a este sacrificado trayecto que recorren los peregrinos de toda la provincia de Buenos Aires. Allí se dejó asentado que el objetivo ha sido cumplido.